¡Los monstruos también tienen sentimientos! A veces están felices, otras tristes y hasta pueden estar… ¡SORPRENDIDOS! Con un solo golpe, el bebé puede poner a girar el rodillo con caritas de monstruo – y observar cómo luce cada sentimiento y cómo suena. (¡El monstruo le enseña al bebé que los sentimientos pueden cambiar rápido!) Además, a tu pequeño le encantará cómo se siente este monstruo – ¡es divertido tocar su “cabello” de listón texturizado y sus suaves y flexibles brazos!
¡Deja que salgan esos sentimientos! Cada expresión activa un sonido que ayuda a reforzar el sentimiento, estimulando al bebé a escuchar y responder.